Por Edgardo Cabrera
De manera oficial, hasta la primera quincena de diciembre, en Tlaxcala van 131 homicidios dolosos cometidos; según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ocupamos el lugar 26 en cuanto a este delito, lejos, muy lejos de Yucatán que está en el peldaño 32 con un total de 44 casos registrados.
La comparación con esa entidad se hace, porque así lo quiere la Triste Historia que gobierna, cada mes utilizan a los yucatecos para disputar el “primer” lugar de menor incidencia delictiva, y es aquí donde la pregunta la hemos hecho desde que se empecinaron en esa penosa comparación, ¿qué vale más?, la vida de un ser humano o el robo de autopartes.
De los datos oficiales de homicidios dolosos, donde se incluyen ejecuciones con el sello del crimen organizado, a parte están los feminicidios (no los meten en el mismo conteo), hasta octubre reportaban 13, pero organizaciones como Mujer y Utopía han documentado 23.
Por esas inconsistencias hay dudas, en el caso de los homicidios dolosos hemos documentado periodísticamente cada mes una cifra oculta, mayor al número oficial que envía la Fiscalía General de Justicia del Estado, vale decir, no consideran ahí la localización de osamentas.
Pero más allá del número están hechos que nunca se habían visto en Tlaxcala, recordemos aquel cuerpo desmembrado dejado sobre una cartulina con un mensaje amenazante en Santa Anita Huiloac, Apizaco, en julio; vehículos calcinados con cuerpos en su interior en San Pablo del Monte y Tetla, en noviembre.
En Ixtacuixtla las constantes ejecuciones y enfrentamientos, como aquel ocurrido en Atotonilco donde la víctima mortal dicen que encabezaba a un grupo de huachicoleros; o un taquero en Tlaltelulco y de quien las investigaciones de la autoridad dan cuenta de tener relación con aquel joven lesionado en Totolac cuando llegó con un grupo a balear el domicilio de un ex militar.
El gobierno ya olvidó la ejecución de un empresario en Apetatitlán el 1 de octubre, aunque la propia mandataria dijo ya “tener todo” para dar con los responsables, es la fecha que no hay nada, el 27 de septiembre otro empresario fue “levantado” en Chiautempan, ejecutado en territorio tlaxcalteca y aventado en Puebla, ese mismo mes patrio, toda una familia, incluida una niña de 10 años de edad fue ejecutada en Huamantla.
Y en agosto, el día 2 para ser exactos, 4 sujetos maniatados fueron ejecutados en Tenancingo y ubicados en terrenos de labor, la lista sigue, son 131 según el reporte oficial.
BLINDADAS DEL BIENESTAR
El gobierno que no se cansa de presumir a Tlaxcala como “súper seguro”, contrasta con las blindadas del bienestar familiar, camionetas de lujo asignadas a la casta real, hasta de tres en el caso de una de las niñas, también trae el primer damo y la hermana, es claro que no se sienten seguros porque saben de la presencia de las células delictivas, por cierto, admitida su operación finalmente por Marrufo el Marino a quien no le quedó de otra luego de que Harfuch operó para detener a dos cabecillas exhibidos a nivel nacional como miembros del grupo de las cuatro letras.
También contrasta con sus “Jornadas por la Paz”, con la que dicen busca prevenir la violencia y reducir los índices delincuenciales, pura simulación, en los dos eventos “tan lindos” como dice la jefa, la constante es la participación de empleados burócratas obligados a acudir como público de conciertos ofrecidos por militares, talleres, conferencias, clases de baile, música y teatro, así como funciones de títeres.
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