En el 2024 la popularidad de Lorena Cuéllar se consolidó, pero en el sótano de las opiniones ciudadanas que la colocaron entre los mandatarios estatales peor evaluados, Demoscopia Digital, encuestadora afín a la 4T la ubicó en el lugar 27; Massive Caller la mandó hasta el 30, solo por arriba de Rubén Rocha de Sinaloa y David Monreal de Zacatecas.
En el estudio de Demoscopia que se publica en el diario nacional La Jornada, los entrevistados le dieron una calificación de 43.7 por ciento, o dicho de otra forma, 6 de cada 10 tlaxcaltecas la reprueban en su actuar al frente del poder ejecutivo.
La de Massive es más severa, en sus cuestionarios resultó que solo 35.1 por ciento la palomearon, hablamos que dos terceras partes no están satisfechos con quien, desde hace mucho, dejó de presumirse como la gobernadora más votada, ahora es la más troleada y odiada en las redes sociales políticas de la entidad.
Ambas encuestadoras, ahora descalificadas desde el propio gobierno ya que no les favorecen, fueron ampliamente utilizadas en la campaña de 2021 como instrumentos de propaganda, basta decir, como candidata siempre la colocaron hasta los cuernos de la luna, lo mismo pasó con otras como Consulta Mitofsky y El Heraldo, no escatimaron en difundir los resultados.
INSENSIBLES Y TORPES
A colación, en su desesperación por recuperar popularidad y mejorar su calificación ante la opinión pública, la Triste Historia recurre a esfuerzos insensibles y torpes, en diciembre fue la saturación de videos, fotos y frases con motivo del tercer informe de gobierno; si hoy preguntan qué recuerdan de aquello, incluso a especialistas en comunicación, seguro dirán que nada porque nunca hubo una línea clara, por el contrario, mensajes contradictorios con la realidad.
Ahora, para empezar mal el año, quisieron aplicar la máxima del vaso medio vacío o medio lleno, para propagandear con los datos de inseguridad.
Solo a ellos se les pudo ocurrir difundir como un logro que Tlaxcala se ubicó entre las siete entidades con menor número de homicidios dolosos en el año 2024, solitos se pusieron la soga al cuello, Yucatán, con quien tercamente insisten en compararnos, fue el estado con menor número: 44 en toda esa anualidad; nosotros, tristemente ocupamos el séptimo lugar con 141, en esos aparecen ejecuciones, asesinatos de familias completas sin importar acribillar a niños y niñas, descuartizados, incinerados, ¡en fin!, aún así lo festejaron.
Luego, se aventaron otra puntada, presumir la recuperación de 676 vehículos robados, delito que ocupa el primer lugar en incidencia delictiva en el estado, pero resultó que el número no es ni la mitad de los que se robaron en Tlaxcala (mil 599) y, muchos de ellos, fueron hurtados en otro estado y aquí los encontraron de chiripa.
Ahora destacan más de 5 mil obras inauguradas en tres años, lo que no dicen, es que el mayor porcentaje se tratan de acciones propias de cualquier presidente de comunidad, especializados en construir guarniciones y banquetas, sí, como la triste historia, aunque en su caso destruyen las que existen y están en buenas condiciones para sustituirlas con nuevas que están bien chuecas y pagadas a precio de oro, vean el bulevar Guillermo Valle en la capital. ¡No cabe duda!, son los peores.
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