Son seis menores de edad, además de cinco hombres y tres mujeres hondureños y guatemaltecos quienes fueron reportados como desaparecidos por el propio DIF estatal desde el pasado miércoles en Santa Cruz Tlaxcala.
Hablamos de casi una semana en la que estos 14 migrantes tienen la calidad de “no localizados” por parte de la triste historia que gobierna el estado.
Este caso revela, carias cosas, la primera: la falta de seriedad, coordinación e interés de las diversas dependencias estatales, y es que mire, mientras la Procuraduría General de Justicia aseguró por medio de un comunicado de prensa emitido el lunes que “continúan con las indagatorias” para localizarlos, el DIF que encabeza la hija de la mandamás minimizó el caso al asegurar que el reporte de desaparición fue un tema de mero trámite.
Dicen que se trataron de cuatro familias las que abandonaron por su voluntad el Albergue para la Niñez Migrante que se ubica en Santa Cruz y rechazaron la ayuda, ¿entonces?, ¿para qué los busca la PGJE?, y lo peor, no los encuentran, es una serie de tropiezos y desvaríos.
También evidencia que no quieren ver, por lo que tampoco lo aceptarán, que en la entidad operan bandas organizadas en el tráfico de personas, ya hace algunos años un reportaje realizado por Gentetlx documentó testimonios, lugares y personas implicadas en esta actividad que incluye casas de seguridad en Xaloztoc y Huamantla, así como transporte hasta la frontera con Estados Unidos.
En 2021, también se reportó, y no por “trámite” como ahora lo hizo el DIF estatal, la desaparición de cinco menores en la zona de la ex fábrica de San Manuel, sin que a la fecha se sepa si los localizaro.
Otra muestra más de la operación de las bandas ocurrió en enero pasado tras el rescate de 233 migrantes que se encontraban hacinados en una vivienda de Ixtenco, pese al operativo calificado como “exitoso”, no hubo ningún traficante detenido; en junio pasado, otros 14 centroamericanos fueron ubicados cuando eran transportados en dos camionetas, también en ese municipio.
INDIFERENTE
Mientras esto ocurre, y parece que cuando no es un problema son cien más, el suspirante a candidato que cobra como secretario de Gobierno anda más ocupado en su campaña anticipada e ilegal, tal como quedó constancia en una publicación realizada por el propio dirigente estatal de Morena tras un acto partidista en Zacatelco.
Con total cinismo, en la citada publicación Carlos Augusto Pérez se avienta la puntada de decir que en ese municipio “se siente profundo deseo que llegue la transformación”, no cabe duda que es grande y grosera la ignorancia. Tanto el diputado local, como el federal (que es él) y el alcalde pertenecen a los partidos que forman parte de la 4T, por lo que se trató de un autogol.
Sergio es solapado por su jefa a costa de descuidar las labores por las que cobra, y es que pasamos de la ola de asesinatos, a la multiplicación de evidencia de la operación de la delincuencia organizada, ahí están los casos de tráfico de personas documentados, la trata de personas, la impune operación de huachicoleros (somos la tercera entidad con mayor extracción ilegal de gas de ductos de Pemex), un crecimiento de 160% desde que llegó la triste historia.
Mientras las corcholatas presidenciales renunciaron o pidieron licencias a sus cargos públicos, aquí en Tlaxcala este funcionario anda en abierta y franca campaña utilizando los recursos públicos para sus fines personales a costa de la ingobernabilidad.
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