Vamos por el tercer ciclo escolar a manos de la Triste Historia y, como en los dos anteriores, la falta de palabra está en puerta, se acuerdan de la promesa de eliminar las cuotas y después las maromas del capitalista secretario de educación de que los padres deben ser “corresponsables” con el estado.
Ahora el golpe bajo no solo es para los paterfamilias sino contra los empresarios tlaxcaltecas despreciados por el funcionario tristón amante de los billetes y su ocurrencia del uniforme único que en realidad oculta otro sucio negocio.
Resulta que en lugar de cumplir con lo establecido por ley y dotar de un uniforme gratuito a la población escolar del nivel básico y público, prefieren despilfarrar el erario en la millonaria compra de vallas y tanquetas blindadas contra mujeres que protestan, o en el mentado certamen de voleibol playero en un estado que no tiene playa, arena, ni calor, veremos si no se congelan los atletas porque en esas fechas ya empieza a calar el frío.
Bueno, con este contexto, urdieron un golpe para incumplir con la dotación gratuita de las prendas y prefirieron hacer negocio y favorecer, de nuevo, a los poblanos que invirtieron dinero en la campaña.
TELA CHINA
El diseño a cargo del propio gobierno estatal y la venta de los “patrones” para elaborarlo fueron el primer paso para “cepillar” a los humildes artesanos del sector textil, por ejemplo, dicen que costará 10 mil pesos obtener el “paquete” para que los maquileros repliquen el diseño y que -según sus mentiras- la ciudadanía podrá adquirirlos en los talleres y establecimientos dedicados a la confección, pero…
El negocio no solo está en la venta del patrón y el permiso, sino en la tela, tejido de punto ring sport que no es cualquiera que se pueda conseguir o elaborar en los tradicionales talleres textileros de Tlaxcala dedicados al tipo escoces, por lo que deberán adquirirla de importación, China lo más seguro, y a estas alturas los acaparadores ya la tienen en su poder, ¿quién creen que les filtró antes los datos para sacar ventaja?
Varios empresarios locales ya nos confirmaron que los poblanos ya la tienen para revenderla, pero también, hacer ellos las prendas y venirla a comercializar.
Y aunque hay molestia porque uno de sus principales ingresos es esta temporada y ahora se le vino abajo gracias a la triste historia, con riesgo de pérdida de empleos y quiebra, los agachones y timoratos textileros y confeccionistas han preferido callar porque, además, por medio de Finanzas inició una persecución para el cobro de supuestos impuestos estatales que no han pagado.
Si el gobierno en verdad pensaba en la economía familiar, tendrían que haber cumplido con la ley y dotar de uniformes gratuitos, apoyando así a la industria y el comercio local, pero no, primero los pobres ricos de sus socios politiqueros.
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