No cabe duda que las chapuzas son el pan de cada día de la Triste Historia que gobierna, resulta que tanto la mandamás como la que cobra como titular del área de comunicación social se dijeron “respetuosas” de la libertad de expresión y del ejercicio periodístico, pero callaron de la ley mordaza que maquinaron y de la cual tenemos copia, para que luego no digan que no.
Resulta que con un desayuno ofrecieron sus “respetos”, claro, a los medios oficialistas y alineados al poder, aquellos que los critican, aunque cubran la fuente, no merecieron ni el reconocimiento ni la invitación, lo que habla de las distinciones.
Recordemos que previo a entrar al poder, y luego ya en el cargo, la mandataria ofreció que en su gobierno no habría distinción en los medios, no habría “de primera”, “ni de segunda”, en los hechos, desde el primer mes sí ocurrió y así sucede.
Hablamos que el discurso, de nuevo, no concuerda con la realidad, una cosa es lo que dicen de dientes para afuera y la otra lo que los hechos están a la vista.
Pero ahí no acaba la cosa, sus propios medios oficialistas son maltratados, empezando por la televisora y las radios estatales, donde no hay inversión, por el contrario, la política es el abandono, “dejarlos caer”, ya alguna vez lo dijimos, esos permisos y concesiones ya fueron negociados con los heraldos que provienen de la Ciudad de México.
Y los otros, los que están alineados mediante convenios o publicidad, son obligados a conducirse como la Triste Historia quiere, en “corto”, por temor a sufrir los “resentimientos”, malos humores y “arranques” de la funcionaria de comunicación social, las confesiones e historias son alarmantes: llamadas telefónicas o mensajes ordenando entre gritos bajar información, despedir a periodistas pro preguntones y cerrar la puerta a columnistas que no son a modo.
Pero, sin duda, lo más grave es que mientras hablan de respeto, ocultan la inclusión de la figura de la “malicia efectiva” o “real malicia” en la “Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del Estado de Tlaxcala”, con la que cocinan una mordaza en contra de la prensa crítica y así imponer sanciones económicas a quienes evidencien tropelías en la administración pública.
ECOCIDIO
En eso de engañar, resulta que inició el derribo de árboles en la Rivereña del Río Zahuapan, con ello los vecinos de la zona acusaron al gobierno estatal de incumplir con su palabra de no tocar la flora para concretar el proyecto ese del “corredor urbano” diseñado, según, como un atractivo turístico.
Recordemos que el malestar inició cuando pretendieron reducir de dos a un carril la circulación, lo que detonó en manifestaciones, como consecuencia hubo la falsa promesa de no dañar la vialidad ni afectar el medio ambiente de la zona.
Sin embargo, sin previo aviso, de nuevo, metieron maquinaria para derribar árboles, algo que también sería inminente en el bulevar Guillermo Valle donde pretenden concretar la ocurrencia del Auto Tren.
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