Aunque algunos lo ven como “el premio mayor” de la Lotería, la realidad es que Marco Mena solo consiguió el reintegro de un “cachito”, pese a que compró la serie completa.
Lejos de la metáfora, el nombramiento del ex gobernador priísta como titular de la decadente Lotería Nacional, más que premio o “buen pago por sus servicios”, es una vacilada que significa la sepultura de sus aspiraciones electorales para el año 2024, llega a una chamba donde solamente tiene seguros 14 meses de sueldo, dado que al gobierno de López Obrador le resta ese lapso.
La traición es señalada por los propios priístas quienes le reprochan en público y privado su deslealtad con el partido que lo llevó a la gubernatura ya que prefirió en 2021 entregar la plaza a Morena, por medio de su concuña.
A diferencia de su campaña cuando González Zarur fue coordinador y operador tras bambalinas para refrendar al tricolor en el gobierno, Marco Mena negó apoyo a Anabell Ávalos, no solo eso, sin ninguna objeción y de forma descarada personajes de su administración hicieron trabajo para Morena, ahí está por ejemplo Enrique Padilla o el propio ex dirigente Noé Rodríguez.
Tras concretar la entrega del estado a Morena, no fue beneficiado con una embajada como otros gobernadores traidores, ellos sí, fueron premiados desde que dejaron el cargo.
Por ello es que cuando está por cerrar la administración federal, en medio de la disputa electoral adelantada, cuando están por negociarse las candidaturas al senado y diputaciones, su nombramiento será, además, su principal lastre en su carrera política, no olvidemos que semanas atrás, al acudir a un evento con Cuéllar, y a pregunta expresa de los reporteros, dejó entrever sus aspiraciones al senado, pero al parecer, solo se quedó con su reintegro del cachito de la Lotería.
AMPARO
De las calles pasaron a las acciones legales, resulta que este miércoles la sociedad civil que respalda la lucha sindical contra la privatización de los servicios de salud, logró un primer revés contra la Triste Historia.
Por medio de la abogada y activista Yeny Charrez, una sindicalizada del 7 de Mayo con una enfermedad crónico degenerativa consiguió de la justicia federal una suspensión a su favor tras promover un amparo.
La empleada fue víctima del nuevo sistema proporcionado por una empresa particular contrata por el gobierno estatal, ya que no le entregaron el medicamento adecuado para su padecimiento y tampoco le proporcionaron el tratamiento que requiere.
Ahora la Triste Historia tiene un lapso de 24 horas para que rinda un informe a la autoridad respecto de las carencias de su presumido nuevo sistema e incluso podría derivar en la cancelación del contrato de más de 100 millones de pesos con la empresa foránea a Tlaxcala, toda vez que se anticipan una lluvia de amparos teniendo como antecedente este primer logro.
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