Por Edgardo Cabrera
La rabia y el resentimiento llegaron a la guarida de los Coyotes, una vez más, por cortesía de la Triste Historia empeñada en realizar un evento multitudinario para lo cual fue contratado un cómico “imitador”, fiel reflejo del gobierno lorenista.
Nada nuevo se vio en la fiestota que se hizo la mandamás para calmar su hartazgo por las inconformidades sociales y los pésimos resultados que colocan a la entidad con indicadores negativos en empleo, educación, desarrollo social, deporte, gobernabilidad, seguridad, en fin, la interpretación “a modo” de los datos fue el gran maquillaje con el que salió a escena.
Fuera de la guarida, el autoritarismo estuvo a cargo del titular de la policía estatal, y una vez más el objetivo fueron las mujeres, pues resultó que el marino de formación tacleó por la espalda a una sindicalizada cuando protestaban contra la mandamás.
También afuera, fue descarado el acarreo y el pase de lista, así como unidades del DIF estatal repartiendo gorras y lunch.
En el interior, el discurso estuvo plagado de odio, resentimiento, amenazas y promesas, que se sumaron al acostumbrado maquillaje de cifras, así como el ocultamiento de cifras como los primeros lugares en informalidad, una de las mayores tasas en homicidios, trata de personas y represión a las protestas sociales las que, por cierto, este domingo sumaron 175.
Al tocar el tema de la crisis de Pensiones Civiles y la privatización del servicio de salud para los trabajadores al servicio del estado, acusó a los gobiernos del pasado y a los líderes sindicales de lo que consideró una grave situación que derivó en la privatización del servicio, sin embargo, una vez más ocultó los nombres de los responsables, no olvidemos que varios de esos ex gobernadores son ahora sus socios políticos, empezando por el hoy funcionario de López Obrador, Marco Mena; pero también el senador Álvarez Lima, y Alfonso Sánchez Anaya, cuyo hijo es miembro del gabinete estatal.
Y de los líderes tampoco hubo nombres lo que sí amnesia, no perdamos de vista que sus alegres compadres, tanto Guadalupe como Pedro, se perpetuaron al frente de la dirigencia, primero el esposo que luego le heredó el cargo a la esposa.
En eso de las promesas y anuncios, habló de basificar a “todo el personal de salud”, pero no olvidemos que, como el autotrén, sus anuncios tienen poca credibilidad.
Aunque en salud aseguró que hay equipamiento y abastecimiento, en los hechos no es así y se ha documentado no solo la ausencia de medicamentos, insumos y manteriales, sino que sus dos clínicas especializadas construidas al inicio de la administración, son de tan mala calidad que terminaron como regaderas en las lluvias de este año.
Por cierto, que, en un intento por levantar la motivación de la agotada concurrencia, obligada a estar en el estadio, lanzó arengas a favor de López Obrador, y de paso aprovechó para ensalzar la imagen de Claudia Sheinbaum, a la que por cierto le dio la espalda en el proceso interno de Morena por apoyar a Adán Augusto.
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