El alcalde de Zacatelco perdió el sentido de la realidad, pero sobre todo de la legalidad y el estado de derecho, luego de que este martes reprimiera una protesta ciudadana utilizando sujetos vestidos de civil, señalados como foráneos al municipio, incluso miembros de supuestos grupos delincuenciales y quienes utilizaron flagrantemente armas prohibidas, desde dispositivos de choques eléctricos conocidos como Taiser, hasta palos y tubos.
Los policías municipales, vieron, toleraron y hasta participaron en la agresión con este grupo de choque que defendía la alcaldía de los “peligrosos” manifestantes, no solo eso, fueron comandados por el director de seguridad con lo que se convierte en copartícipe de la golpiza a los inconformes de donde resultaron al menos 13 con lesiones.
Las imágenes son claras, los videos que se multiplicaron en redes sociales dan cuenta de la flagrante agresión de los golpeadores del “cachorro”; empezaron con lanzar insultos, después siguió el intento de arrebatar teléfonos con los que eran grabados, y finalmente vino la golpiza, que incluyó perseguir por las calles a los manifestantes.
Hildeberto es el nombre del presidente municipal, llegó al cargo con el auspicio del partido Nueva Alianza Tlaxcala, le gusta que le digan “el cachorro”, y es acusado, entre otras tantas cosas, de no permitir la construcción de un nuevo hospital del IMSS de 180 camas, agresión a periodistas, de tolerar la operación del crimen organizado, los mismos que en meses pasados colocaron impunemente una manta amenazante en el puente peatonal que está en pleno centro.
Apenas el fin de semana, el mismo presidente fue señalado de ordenar la detención del regidor priísta, Ricardo Román, quien acudió a auxiliar ciudadanos que denunciaron abuso policial y, sin más, fue esposado y llevado a los separos municipales donde, además, acusaron que el hermano de Hildeberto es quien manda en la policía.
De la agresión de este martes llamó la atención la pasividad del gobierno estatal, cuyos elementos policíacos se mantuvieron a la expectativa permitiendo las agresiones, y el ahijado que cobra como secretario de Gobierno, Luis Antonio, de nueva cuenta fue omiso al no atender este problema de gobernabilidad que está a una chispa de estallar, al tiempo…
CACHORRIN
Aunque el alcalde ahora se diga víctima y niegue que los golpeadores actuaron siguiendo sus órdenes, su palabra tiene poco valor, no es la primera vez que se ve envuelto en escándalos que han derivado incluso en recomendaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, denuncias públicas y penales.
No solo eso, el presidente no es de fiar en el manejo de los recursos públicos, tan es así que su cuenta pública del ejercicio fiscal correspondiente al año 2022 le fue reprobada al detectarle irregularidades por más de 10 millones de pesos, de donde se desprenden precisamente las denuncias que debió presentar el Órgano de Fiscalización Superior.
Pues con todo y el cochinero que trae, mismo que se le sigue acumulando cual montaña de estiércol, su hijo anda en franca promoción política, dicen los conocedores que quiere ser diputado local y por ello ha tapizado de anuncios espectaculares la carretera a Tlaxcala-Zacatelco, es tanta la impunidad y el despilfarro que los anuncios llegan hasta la comunidad capitalina de Acuitlapilco. Así la anarquía de la familia, con el cachorro represor, el hermano seudo comandante de la policía y el hijo dizque empresario “altruista”.
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