Como en ningún otro gobierno, el actual es ya el de la Triste Historia trágica, marcado por sucesos delincuenciales sin precedentes, vinculados con grupos perfectamente organizados que se disputan la plaza, lo mismo se dedican a las drogas, huachicol o son prestamistas, y eso sin contar la trata de personas con fines de explotación sexual que se empeñan en ocultar.
A la Fiscalía General de la República y a las fuerzas federales se les debe el crédito por su eficaz labor de investigación y operación que han derivado en el desmantelamiento de cuatro narco laboratorios en este año, dos al menos en lo que va de diciembre, el resto en mayo y julio.
A inicio de diciembre uno de estos lugares fue asegurado en Santa Cruz Tenancingo, en Españita, y al cerrar la semana pasada otro en Ixtacuixtla. En mayo llamó la atención el primero localizado y desmantelado en Santa Cruz Tlaxcala, y en julio el segundo en San Pablo del Monte.
Aunque la Triste Historia se empeña en negarlo, para las autoridades federales detrás de los narcos laboratorios están redes delincuenciales.
Vamos aún con más pruebas que derrumban las mentiras del gobierno estatal en su reciente informe. A inicio de mes, en la zona limítrofe con Puebla, 3 ejecuciones de alto impacto, que incluyó la localización de dos cuerpos con carteles reclamando la plaza en hechos distintos, dan cuenta de la batalla entre grupos.
A la lista trágica hay que agregar, solo la semana pasada, el hallazgo de un hombre sin vida y con signos de violencia en Huamantla; el jueves en Apetatitlán un sujeto asesinado a disparos y con un palo atravesado en la boca, y el miércoles un cuerpo sobre las vías del tren en Apizaco.
Si eso no basta para preocuparse de la ineficacia de las autoridades para frenar y contrarrestar la ola delictiva con la que cerramos el año, quienes nos deberían cuidar y proteger son también parte del problema. En Apizaco un policía ebrio detonó su arma y mató a un joven al interior de un taller eléctrico automotriz.
INEPTOS
Mientras lo anterior ocurre, también es clara la disputa y rivalidades entre corporaciones de seguridad en Tlaxcala, en este año también han ocurrido detenciones arbitrarias que han terminado con la liberación de policías a quienes pretendieron fabricarles delitos, ahí está el caso del ex director de seguridad municipal capitalina quien fue exculpado y liberado de prisión al comprobar su inocencia e ilegal detención, por lo pronto le arruinaron su vida.
Y la semana pasada se repitió la historia cuando dos policías municipales de Apetatitlán fueron detenidos por elementos estatales y de la Marina, acusados de portación ilegal de armas e incluso filtraron en su informe, y a la prensa, que no portaban uniforme.
Después de 48 horas fueron liberados, la fiscalía federal le propinó un revés al gobierno de la Triste Historia, al calificar de ilegal su detención al percatarse que los elementos policíacos estatales actuaron fuera de los términos constitucionales ya que los detenidos acreditaron que sí se encontraban en servicio activo, con sus respectivos uniformes y con oficio que acreditaba de la portación de un arma larga, por lo que ahora esperan el clásico “usted disculpe”.
Mientras estas torpezas y rivalidades se viven entre corporaciones, los malos gozan la impunidad.
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