No solo en el conteo de las organizaciones civiles y colectivas, sino en las propias cifras oficiales del gobierno federal, queda constancia que Tlaxcala es un estado feminicida, no es para menos, según “Mujer y Utopía” son al menos 60 mujeres privadas violentamente de su vida en lo que va del presente gobierno estatal, y en los “otros datos”, los oficiales, van 12 que reportaron al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública entre enero y octubre.
De ese número hay varios casos emblemáticos para la Triste Historia, recordemos el de la joven huamantleca Ana Laura en el año 2022, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado por pobladores entre Terrenate y Xaloztoc, dos meses después de que se reportó su desaparición y la Procuraduría General de Justicia del Estado nunca pudo dar con su paradero y, por el contrario, el único implicado en el caso fue torturado y asesinado por elementos de dicha dependencia.
No hubo condolencias a la familia por parte de la mandamás, al menos una disculpa por sus torpezas en la investigación donde el único que pudo haber sabido algo lo mataron los ministeriales.
El pasado 2 de agosto se reportó la desaparición de una joven estudiante de la Universidad Politécnica de Tlaxcala en Zacatelco, se llamaba Jazmín, era originaria del municipio de Cuautlancingo, en Puebla, y nunca fue vista con vida de nuevo: 8 días después por la madrugada, de nuevo ciudadanos, no la procuraduría, localizó su cuerpo, en Xicohtzinco.
Una vez más, no hubo condolencias a la familia, tampoco el reconocimiento de su incapacidad para investigar y dar resultados, la procuraduría general de justicia, por el contrario, ignoró las súplicas de los padres, incluso hasta fueron regañados por emitir su propia ficha de búsqueda ante la negativa de hacer la oficial.
Son solo dos lamentables casos, que, ni en esos que fueron mediáticos ameritaron una pizca de la humanidad pregonada con simuladores abrazos y besos a distancia.
Para lo que sí hubo lamentos, incluso una esquela oficial, fue por el fallecimiento por un infarto de Yoyo, una jirafa del zoológico del Altiplano donde, también ya lo hemos documentado, la muerte de animales es una constante.
Y eso nos deja en claro que vale más la vida de una jirafa que la de una mujer en Tlaxcala, y luego se enojan porque les decimos que la actual es una Nueva Triste Historia.
NI UNA COMA
De nueva cuenta el presupuesto del próximo año fue aprobado por el Congreso del estado sin moverle una sola coma, tal cual lo envío la mandamás pasó, con todo y los casi mil millones de pesos que le entregarán a las dos hijas de la mandamás para que sigan utilizando los programas sociales con fines clientelares.
Para el Bienestar son 526.8 millones de pesos, en el DIF 420 millones de pesos, y el premio es simplemente un sinsentido ya que los datos reales, no los maquillados, dan cuenta que ni ha disminuido la pobreza, ni son más las niñas y niños con mejores condiciones, basta salir a cualquier crucero de la capital para ver a decenas de infantes trabajando, explotados laboralmente, o bien, acudir a las comunidades para corroborar los cuartuchos que “regalan”, pero que presupuestan como residencias del fraccionamiento Santa Elena.
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