Se acuerdan de la ocurrencia aquella de firmar un “pacto de civilidad” para las elecciones de este año, resulta que la Triste Historia no quita el dedo del renglón, y dado que la oposición no le quiere seguir el perverso juego, el plan “b” consiste en montar el tinglado con los partidos esquiroles y satélites de Morena.
Recordemos que un documento enviado a finales del año pasado por el ahijado de la gobernadora a los dirigentes partidistas planteaba una serie de puntos que son verdaderos contrasentidos, empezando por aquello de garantizar la equidad de la contienda y respetar la norma electoral, ¡hágame el favor!, cuando en los hechos es descarado el uso de los recursos públicos para promover a los aspirantes oficialistas, incluso el doble papel que hacen funcionarios aspiracionistas.
Lo dijimos, con qué cara la Secretaría de Gobierno llama a un “acuerdo por la democracia”, cuando en esa dependencia el ex titular utilizó el puesto, presupuesto y personal para promoverse, y el actual sigue sin cumplir con sus obligaciones alimentarias con su menor hijo, así lo conocimos apenas la semana pasada por parte de su ex cónyuge.
A punto de concluir la simulación del proceso interno morenista, hay decenas de casos de funcionarios que, sin renunciar o pedir licencia, hicieron proselitismo descarado, por ejemplo, la titular del Instituto de la Mujer invadió con lonas la capital del estado, y la del Centro de Justicia para las Mujeres hizo lo mismo, pero en el distrito federal 3, ¿eso fue democrático o legal?
Hay otro puñado de empleados de la Triste Historia que quieren ser diputados locales y alcaldes que, nos hicieron el “favor” de renunciar, pero dejaron una larga lista de pendientes sin resolver o pagar, en este grupo aparece, por ejemplo, el multi chaquetas “conta” Lemus, el mismo que dijo que según un comando armado le robó la camionetota oficial que conducía en completo estado de ebriedad, ahora quiere ser diputado local.
Dada la falta de calidad para convocar a la oposición, ya alistan la firma petistas, ecologistas, los de Redes Sociales, Fuerza por México y Alianza Ciudadana, sí, puros cuates, compadres o serviles.
TRABADO
El sábado se suponía que Morena daría a conocer el listado de sus candidatos a diputados federales, luego de que la víspera destaparán las ocho fórmulas al Senado que tenían paralizadas desde diciembre del año pasado.
Sin embargo, se les volvió a hacer bolas el engrudo ante la inconformidad de quienes no fueron considerados para la Cámara Alta, además de los ex funcionarios tristones, también están legisladoras federales morenistas y de sus aliados petistas que participaron en la encuesta.
Hablamos de Dulce Silva e Irma Garay que, tras consentir la aspiración reeleccionista de Ana Lilia Rivera y Álvarez Lima, están en la misma exigencia de repetir como diputadas federales.
Pero resulta que, a diferencia del senado, para las diputaciones federales el documento de coalición registrado ante el INE mantiene aún la alianza en los tres distritos, no ha sido alterado pese a que el dirigente estatal morenista aseguró que solamente irían juntos Morena-PT-PVEM en el 1.
Según ese compromiso, el distrito 1 será para el PT y el 2 y 3 para Morena, deben ir dos mujeres y 1 varón, por ello el jaloneo está peor.
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