Por Edgardo Cabrera
Como lo anticipamos, el proceso para nombrar a la titular de la Fiscalía General de Justicia fue un teatro más de la Triste Historia que gobierna, todo estuvo amañado, desde la reforma constitucional, la elaboración de la ley orgánica, la “evaluación” y la votación en el Congreso.
Ernestina Carro fue impuesta por Lorena en el cargo, esa es la triste realidad, pese a los pésimos resultados como procuradora donde ignora a las víctimas del delito, el maquillaje de cifras, las recomendaciones de la CEDH, casos de tortura y muerte de detenidos, incluso, la usurpación de títulos y grados de ella y de algunos a los que contrató, que, por cierto, derivó en una denuncia penal presentada ante la Fiscalía General de Justicia.
También lo comentamos, quien ocupará a partir de agosto el cargo de fiscal, simple y sencillamente es una empleada más de la gobernadora, está a sus órdenes y servicio, la programada autonomía, desde la imposición de ella, se fue el caño.
Lo que pasó el viernes fue otro día trágico para Tlaxcala, el segundo en la era tristona, recordemos que antes ocurrió la reforma constitucional para imponer al ahijado de la mandamás como secretario de Gobierno, eliminando el candado que establecía el requisito de ser tlaxcalteca, con lo que ahora un morelense es el segundo al mando en el estado y quien, por cierto, mantiene al estado apartado de la gobernabilidad, para muestra los cientos de manifestaciones que siguen acumulando.
La llegada de la fiscal carnala es más de lo mismo, es la misma procuraduría con otro nombre, igual de ineficiente, eso sí, los corifeos, aplaudidores y lamebotas ni tardos ni perezosos salieron a “aplaudir” la simulación.
SUPERFICIALES
El jueves un impresionante aguacero azotó a los municipios de Apizaco, Yauhquehcan y Tetla, las inundaciones no se hicieron esperar en el acceso a la ciudad rielera, vimos las agencias de automóviles repletas de aguas negras, domicilios anegados, y lo que es peor, el hospital del IMSS-Bienestar ubicado en Tzompantepec también fue afectado.
En el nosocomio, en el que no es la primera vez que se documentan las desgracias por la falta de mantenimiento, materiales, insumos, medicamentos y personal, debió suspender sus actividades sen quirófanos por la contaminación derivada del ingreso de aguas negras.
Mientras la emergencia ocurría, la mandamás presumía en redes sociales la fiesta, andaba en Val’Quirico de guía de turistas de boxeadores y ex boxeadores que vinieron a hacer negocio a Tlaxcala con una función patrocinada por el “austero” gobierno. Lo mismo ocurrió el sábado, de nueva cuenta un torrencial aguacero inundó la misma zona y afectó, otra vez el hospital del IMSS Bienestar.
La comunicación oficial se limitó a difundir la pachanga, el sábado el negocio de la función de box, en lugar de alertar a la población por las intensas condiciones meteorológicas derivadas del monzón mexicano y los canales de baja presión que atraviesan el país, ya con la desgracia encima, Protección Civil estatal brilló por su ausencia, como siempre, y la población se tuvo que auxiliar entre sí, nada nuevo, es ya el sello de la casa, la superficialidad y banalidad, sobre el bien común.
Sígame en Facebook, X, instagram, tiktok, youtube y Spotify, como Edgardo Cabrera o gentetlx o en www.gentetlx.com