Por Edgardo Cabrera
Este jueves quedará registrado en la historia de Tlaxcala como el día en el que entró en operaciones la Simi Fiscalía General de Justicia del estado, que es la misma procuraduría pero más cara, con el mismo personal, la misma titular y los mismos vicios.
El gobierno de las cirugías plásticas concretó una operación más en busca de mejorar la apariencia física, en este caso consistió en muchos litros de pintura, horas de salón para el nuevo look, y poco ingenio para crear el nuevo logotipo, borraron el de la triste historia que gobierna para engañar con un nuevo rostro.
En el terreno de lo serio y lo legal, la entrada en funciones de Ernestina Carro y la FGJE se da en medio del incumplimiento a lo establecido en el propio decreto 344 de creación que, entre muchas cosas, establecía que el personal tendría que pasar bajo un riguroso proceso de selección que incluía capacitación por cinco meses y un concurso abierto de oposición que incluye examen cuya convocatoria se tenía que hacer pública. Nunca ocurrió y hoy están operando los mismos.
Ahí no acaba, el mismo decreto publicado el pasado 21 de mayo establece que todos los titulares de Fiscalías especiales tendrían que ser designados con un procedimiento similar al de la fiscal carnala, ello no ocurrió, siguen los mismos. También dice que todas las averiguaciones previas y carpetas de investigación tendrían que concluirse, de ese proceso nunca se informó, eso sí, el último boletín de la PGJE fue para presumir supuestos logros, ocultar torpezas y corruptelas.
AMBULANCIAS COVID
En junio pasado Cuéllar presumió que su gobierno dotó de 96 nuevas ambulancias al estado, ese día entregó dos, una a Calpulalpan otra a Tepetitla, que según el secretario de finanzas costó cada una 1.7 mdp, el asunto es que ese casi centenar de unidades no se ven por ningún lado.
Resulta que, ante el incremento de contagios de Covid-19, el presumido sistema IMSS-Bienestar quedó exhibido en sus carencias y falta de atención, familiares de enfermos nos han hecho llegar denuncias relacionadas con la negativa a ser atendidos en la red de hospitales y clínicas que simplemente se limitan a diagnosticar los casos y mandar a sus casas a los pacientes.
Ahí no acaba el problema, hay algunas personas que dada su condición crítica han requerido traslados en ambulancias los cuales son negados bajo el pretexto de que las unidades móviles del gobierno de la Triste Historia carecen de equipamiento para atender pacientes con Covid-19, los paramédicos y choferes no son dotados con los trajes especiales para evitar contagios, y menos tienen productos desinfectantes.
Ante ello han pedido el auxilio de sus municipios o recurrir al servicio privado (ansiosos del negocio), pero al igual que las ambulancias estatales, tampoco están preparadas para atender a estos pacientes, ello explica el crecimiento de los contagios ante la falta de contención desde las mismas unidades hospitalarias del IMSS bienestar, las ambulancias estatales y los inexpertos servicios municipales, pero eso sí, ya saben, la triste historia insiste que su jefa es la “gobernadora de la salud”, ¡sí cómo no!
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