Por Edgardo Cabrera
En el 2025 el gobierno estatal enfrentará un boquete financiero por 741.8 millones de pesos en el sector Salud, producto de haber entregado el sistema a la federación para el bodrio que llaman IMSS-Bienestar, lo dijimos, se los dijo la diputada y líder sindical Blanca Águila, y así ocurrió, nunca revisaron las letras pequeñas del convenio y donde se establecía a las entidades mantener ciertos compromisos, como la nómina, pero ya sin el Fondo de Aportaciones para la Salud completo.
En total, el recorte proyectado para el próximo año es de mil 96 millones de pesos, ello le significó a Tlaxcala no tener en su presupuesto 29 mil 129 millones de pesos como habían proyectado inicialmente al entregar su anteproyecto de presupuesto al Congreso local.
Tras el descalabro, el secretario de Finanzas, David Álvarez Ochoa corrió de regreso al legislativo con su ábaco para pedirles a los diputados modificar la propuesta inicial y llevó la instrucción de la gobernadora Cuéllar de meterle tijera a infraestructura.
Bueno, así ocurrió, peso solo recortaron 354.2 millones de pesos, y en ningún otro lado hubo ajuste, menos en el DIF o Bienestar que en su conjunto las hijas de la gobernadora, en su carácter de “horíficas” pero con poder de titulares, ejercerán más de mil millones de pesos, de ahí que se mantendrá un boquete por 741.8 millones de pesos, rogando a dios, literalmente, que haya ajustes presupuestales millonarios en el plano federal para destinarlos a tratar de taparlo.
Eso sí, en su campaña propagandística por el informe, de forma contradictoria Cuéllar asegura que en tres años “transformó los servicios de salud”, ¡pues claro!, creó un déficit financiero donde no lo había, y eso quedará para la posteridad, al tiempo.
ESO ESPERAMOS
Después de una larga lista de incidentes delictivos que ocurren en Tlaxcala, cada vez más graves, el sábado por fin hubo una buena noticia, elementos federales de seguridad, Marinos, Ejército y Guardias Nacionales asestaron un golpe en Apizaco al detener a integrantes de una célula criminal e incautarles armamento, equipo táctico y droga.
Fue el propio secretario de seguridad federal, Omar García Harfuch quien detalló los resultados del operativo montado para “detener a generadores de violencia en el país”, y de donde se detalló que los dos detenidos están implicados en secuestro, homicidio, extorsión y robo de vehículos.
La acción, en la que se dejó al margen a las corporaciones estatales y municipales, forman parte de la nueva estrategia de seguridad de la presidenta Sheinbaum que, sin decirlo ni reconocerlo publicamente, dejó de lado los abrazos para los delincuentes del sexenio pasado, y ahora los operativos ejecutados en diversas entidades muestran más una labor de inteligencia, al tiempo de aislar la información para evitar fugas.
Pero el golpe no solo fue a los malandros, sino al discurso de la Triste Historia que mantiene la negación de la presencia de delincuencia organizada, el propio secretario Harfuch escribió en sus redes sociales que le pegaron a una célula criminal que, vale decir, contaban con elementos marcados a un grupo delictivo del que también se ha negado su presencia incluso, recordemos, se ha tachado la información como falsa y sin sustento. Ante la evidencia, palabras necias.
Ojalá y lo ocurrido el sábado con el operativo marque una nueva línea, ya también la semana pasada la gobernadora Cuéllar admitió que “pasan cosas” en Tlaxcala, al ser cuestionada sobre la ola de homicidios. Como lo hemos dicho, los enemigos del gobierno no son algunos medios de comunicación que dan cuenta de los hechos, sino los delincuentes a los que deben combatir.
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