Por Edgardo Cabrera
El martes la Triste Historia dio por concluido el operativo Guadalupe-Reyes y por medio de un comunicado oficial presumieron el supuesto éxito alcanzado por los cuerpos de seguridad, prevención y emergencias, como suele ocurrir, ocultaron la realidad en un intento de mantener a Lorelandia inmaculada.
No rindieron un parte relacionado con los homicidios dolosos y culposos, los primeros a manos de la delincuencia, en su mayoría, que cobra cuentas con ejecuciones; en tanto que los segundos, son producto del desastre de la presencia vial presumida por Marrufo el Marino después de cada accidente, o la simulación en materia de inspecciones de Protección Civil.
En pleno operativo Lupe-Reyes se cometieron 10 ejecuciones en diciembre, de un total de 14 de ese mes, y en enero sumaron dos más.
En cuanto accidentes, el número de muertos es superior, está el caso del fatal choque registrado en la autopista Puebla-Tlaxcala que cobró la vida de cinco personas, un número similar, que incluyó tres menores, en otro encontronazo entre un autobús y una camioneta en Tequexquitla, hasta el estallido de un polovorín clandestino en Ixtenco que dejó un fallecido.
A lo anterior hay que agregarle una larga lista de lesionados, por accidente o hechos delincuenciales. Con todo y el saldo, la Triste Historia presume un éxito inexistente, y un saldo blanco que se tiñó de rojo.
DEL ESCÁNDALO A LA BURLA
Una verdadera tragicomedia es lo que ocurre en el TSJE, donde Anel y compañía pasaron del escándalo del chofer de Cuéllar impuesto como juez especializado para atender mujeres, a la burla de acomodar al protegido de la gobernadora como director de “transparencia”, ¡no pues sí!
Apenas, la víspera, dábamos cuenta del nombramiento de Alfredo Pérez Águila como secretario proyectista de Sala Interino adscrito a la Contraloría del Poder Judicial, el día 17 de diciembre, y ahora se sabe, que tampoco encajó ahí, literal, duró minutos, y decidieron finalmente nombrarlo al frente del área de Acceso a la Información, vaya ironía.
Y es que si algo ha demostrado este caso es la tremenda opacidad con la que se conduce el poder judicial de Tlaxcala, la catedral de las mentiras y el favoritismo para meter a la nómina a los y las incondicionales, ya solo falta que le construyan un monumento “Pinocho triple” al ex chofer, a su madrina y jefa.
Por cierto, luego de tres semanas de silencio, finalmente dieron a conocer en boletín el nuevo nombramiento del abogado Pérez, ahí mismo dijeron que “nunca” fue designado secretario proyectista, la verdad es que ya nadie les cree.
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