Por Edgardo Cabrera
Apenas, la víspera para ser precisos, la gobernadora Cuéllar y uno de sus funcionarios lambiscones preferidos, Maximino, el civil que no pudo ser secretario de Seguridad por sus antecedentes, presumieron una vez más el paraíso en el que viven ellos, sí, ese donde es necesario una decena de camionetas blindadas para la parentela, ahijados y sobrinos, cientos de escoltas destinados para los privilegiados y, por supuesto, la custodia a sus viviendas.
Desde el privilegio, dijeron que la tasa de criminalidad bajó 24 por ciento y presumieron los miles de millones de pesos invertidos en tecnología e infraestructura en seguridad que, como ya he dicho, detrás hay jugosos contratos y asignaciones directas a empresas que dieron gato por liebre.
Pero una vez más la terca realidad les pegó, en menos de 24 horas de los discursos triunfalistas, “apareció” una manta con un mensaje amenazante atribuido a un grupo delictivo, una más, ya perdimos la cuenta, las cuales han sido desestimadas por la autoridad estatal, pero con los golpes de las fuerzas federales queda constancia de que sí hay y operan, tan así, que tienen laboratorios, comercializan, ejecutan y hasta cobran derecho de piso.
¿Y EL MARINO?
A colación, Marrufo-Romeo el Marino sepa donde anda, en los eventos oficiales de apertura de los C2 municipales no se le ha visto, tampoco da la cara ante las quejas de uniformados, y menos por el desastre de sus operativos presumidos, como ese del “blindaje” fronterizo que todo se les cuela.
En cuanto a las quejas, sigue sin aclarar cómo hizo para que su secretaria particular y prometida (porque ya hasta pidió la mano) ganara uno de los dos autos que rifaron a policías en su día, reiterar, ella no es policía. Pero ahí no acaba, por medio de un escrito hecho llegar a este medio se da cuenta de la imposición de familiares del director de desarrollo policial, y consejero del enamorado secretario, en puestos clave.
Coronita, como lo conocen, colocó a la directora administrativa en el Cereso, al encargado de medidas cautelares, al director administrativo de la Secretaría y hasta reintegró a quienes fueron dados de baja por malos resultados, como la recién nombrada titular del Instituto de Formación y Capacitación, mujer allegada al “capricho” del secretario y quien en su momento fue removida en el sexenio de Mariano González al ocupar el mismo puesto. En septiembre de 2021 regresó con el gobierno de Cuéllar, también al frente de la capacitación, pero no dio resultados y la quitaron.
Tan mal está la capacitación, que la semana pasada uno de los administrativos obligados a trabajar de operativos, se disparó accidentalmente porque no están preparados ni fueron contratados para tal labor. Pero las anomalías siguen, en el escrito que le comento, también dan cuenta de la forma ventajosa y alevosa con la que Coronita está asignando grados a la tropa, demeritando preparación y resultados en su labor, en tanto Marrufo goza su luna de miel.
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