Por Edgardo Cabrera
La Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala se encuentra en plena renovación de su dirigencia y previo al arranque de campañas hubo denuncias de fraude, un llamado a un pacto a la civilidad que terminó en ridículo y el señalamiento de la existencia de una planilla que es impulsada desde el oficialismo para controlar, como hasta el día de hoy, esa agrupación.
Fue el periodista y candidato Martín Rodríguez quien alzó la voz y denunció que de forma amañada se infló el padrón de agremiados y se intenta permitir el voto de personas que son servidores públicos, el señalamiento es de forma directa a empleados del sistema de Radio y Televisión públicos, incluso directivos que metieron sus largas y retorcidas garras. En el mismo supuesto estarían los que están en la nómina de prensa de gobierno estatal.
En el frustrado pacto de civilidad con los tres candidatos y convocado en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, no en el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones, otro candidato, Miguel García Valencia, firmó bajo protesta, porque tampoco confía del todo en la organización de la elección.
Pero más allá de los señalamientos, y de las pruebas que deban presentar los inconformes, algo es claro, solamente a la comisión electoral de la UPET se le pudo ocurrir que en pleno proceso y ya con planillas registradas y avaladas, en víspera de arrancar campañas, abrieran un proceso de “afiliación y reafiliación”, eso va contra cualquier principio democrático de equidad e imparcialidad. Es como si el INE, ya con candidatos, abriera un proceso de credencialización, por el contrario, antes de arrancar el proceso, cierra los trámites para evitar ilegalidades.
Si la UPET quiere recuperar credibilidad y respeto, tendrían que realizar la elección con el padrón existente hasta antes de 2025. Si les ganó el tiempo es su problema, los que se erigen árbitros electorales, no alzaron la voz en su momento para exigir la emisión de convocatoria en tiempo.
POBRE ZACATELCO
En Zacatelco pasaron de Guatemala a Guatepeor con el orticista Miguel Acatzi, el mismo que semanas atrás mandó un fuerte operativo policíaco para levantar a vendedoras de la tercera edad de la vía pública.
Resulta que los trabajadores están hartos de su contralor Fierro Orea, por cierto, ex regidor con Francisco Román, ya que les exige cubrir turnos fuera de su horario y de sus funciones, de ahí que lo acusan de hostigarlos, pero ahí no acaba, mientras a la base la maltrata, a su compadre le tolera una partida de “dietas” por 6.6 millones de pesos anuales, se ignora si ese dinero lo reporta en su sueldo porque la sección de transparencia del sitio web del ayuntamiento no funciona.
ASAMBLEA MUNICIPALISTA
En el lado opuesto se encuentra el alcalde de Huamantla, Salvador Santos, quien fue recibido con algarabía en la primera Eco Asamblea Municipalista del Partido Verde Ecologista de México, y ovacionado tras compartir proyectos con una visión ambientalista, en particular, la Clínica Biofílica canina y felinal, la única de su tipo en Tlaxcala.
La plana mayor de su partido entre ellos Karen Castrejón, Arturo Escobar y Manuel Velasco ven con buenos ojos al huamantleco a quien impulsaron para la reelección y ahora, tras la iniciativa de la presidenta Sheinbaum, ya lo ven como prospecto legislativo. Por cierto, no pierda de vista la renovación de la dirigencia estatal de lo que solo puedo decir de forma confirmada que Marianito González Aguirre no será el líder, como por ahí rumoran sus corifeos en Tlaxcala.
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