Este 24 de diciembre, los damnificados del Multifamiliar de Tlalpan compartirán una comida navideña en mesas que serán instaladas en la calle que se ha convertido en el centro de reunión desde que el sismo afectó sus viviendas.
Debido a las bajas temperaturas que se han registrado en la Ciudad de México la última semana, el festejo no puede ser nocturno, porque el frío los obliga a resguardarse antes de que se esconda el sol, por lo que tendrán que adelantar la celebración.
Después de esa convivencia, algunos se irán a las casas de sus familiares para celebrar la Navidad, mientras que los que no tienen esa posibilidad se encerrarán entre sus carpas, lonas y casas de campaña para evitar que el frío cale más de lo que ya lo hace la incertidumbre en la que viven a tres meses del 19-S que los forzó a salir de sus departamentos.
Y aunque la tristeza se ha convertido en una compañera constante por 89 días, los vecinos de esta unidad habitacional ubicada en la avenida Tlalpan cerca de Taxqueña, esperan que en estas fechas la pesadumbre haga una tregua para inyectarse de esperanza y alegría ante la adversidad.
Es tener la fortuna de estar en la banqueta, de contemplar tu edificio caído, eso es lo que probablemente hubiera querido cualquiera de las nueve personas que fallecieron en el edificio C1.
Son momentos muy difíciles, se junta no sólo la Navidad, el frío, el vacío de las autoridades y la parte emotiva de que albergas esperanzas, de que haces planes para el próximo año, pero al mismo tiempo volteas y no tienes certeza. Es muy profundo y complejo, pero a pesar de eso estamos aquí”, enfatizó Francia Gutiérrez, damnificada del edificio C1, que se desplomó el 19-S.
Si bien los vecinos están conscientes de que esta Navidad será muy diferente, también señalaron que es un buen momento para recargarse de energía, “porque esto va para largo y necesitamos estar motivados para exigir que el Gobierno de la capital actúe y el federal apoye”, señaló Juan Pablo, del edificio B3.
Los damnificados de esta unidad señalaron que conforme se acerca Nochebuena los sentimientos se entremezclan, por la pérdida del hogar o de algún familiar.
Por un lado, impera la frustración, el enojo, la tristeza, pero hoy nos saludamos más que antes del sismo. Conoces quién es de cada edificio”, destacó Francia, quien participa en la asociación Damnificados Unidos de la Ciudad de México.
Ahora la Secretaría de Seguridad Pública les permite ingresar a sus viviendas entre las 8:00 y las 18:00 horas, sólo para sacar ropa o estar un momento, lo cual les reconforta, pero no pueden quedarse por el riesgo existente.
En su festejo tampoco habrá platillos sofisticados, si acaso algunos guisados, aunque ya se acercaron algunas organizaciones para compartir con ellos alimentos, como pierna, ensalada y ponche, este 24 de diciembre.
Hemos tenido ofrecimientos de donativos de gente solidaria que quiere compartir alimento o un rato con los damnificados. Queremos encontrarle un lado amable a estos tiempos difíciles”, dijo Francia, quien aseguró que las autoridades no se han acercado en estos días.
PONEN ÁRBOL PARA GUIAR A SANTACLÓS
Para sentir la presencia de la Navidad, Felipe y Marco pusieron su arbolito en medio del campamento de esta unidad habitacional.
Entre cajas de ropa y lonas, los hermanos que vivían en uno de los edificios dañados por el sismo instalaron adornos alusivos a esta época, porque temían que si Santaclós no veía arbolito, corrían el riesgo de quedarse sin juguetes.
Aunque el pequeño árbol está en plena tierra del parque donde instalaron el campamento, los niños están seguros de que llegarán los regalos que pidieron en sus cartas.
Felipe es el mayor y de todas las cosas que pidió, lo que más desea es que Santaclós le traiga una guitarra, porque quiere aprender a tocar y ofrecer música a sus vecinos.
En su carta decía “Zapatos, guitarra, juguetes”, pero lo que más anhela recibir es el instrumento musical. “Con la guitarra me conformo”, contó a Excélsiormientras cerraba su carta y la colocaba en el árbol.
Marco es el menor y el más inquieto; él relató que ojalá Santaclós pueda dejarle una tableta o un celular, pero si no se puede, entonces unos tenis y un short de futbolista.
Ambos niños compartieron lo escrito en sus cartas, pusieron las misivas en el árbol y no dijeron más. Sólo que si hay arbolito, Santaclós podrá ubicarlos, aunque sea afuera de sus casas.
Con Informacion de EXCELSIOR