A través de un decreto, la Asamblea Constituyente en Venezuela, instalada hace poco menos de dos semanas, disolvió la Asamblea Nacional, luego de que la directiva del Parlamento no asistiera a comparecer ante el grupo constituyente, controlado cien por ciento por el presidente, Nicolás Maduro.
Con esta decisión de la Constituyente, se consumó el golpe de Estado técnico perpetrado por el presidente Maduro, pues en los hechos representa la disolución del Poder Legislativo, constituido mediante el voto popular en el 2015.
En respuesta, en una carta publicada hoy en redes sociales, la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, aseguró que son ellos los que se presumen como la “legítima representante de la voluntad de Venezuela”.
La Asamblea Nacional (Parlamento) desconoció a su vez a la ilegítima Asamblea Constituyente y reiteró la vigencia de la Constitución de 1999, misma que el dictador Nicolás Maduro, junto a su séquito, pretenden cambiarla para prácticamente “eternizar” su permanencia en el poder.
Previo a la sesión de este viernes, la Asamblea Nacional advirtió que no acudiría a comparecer ante la Constituyente, por lo que los oficialistas aprovecharon el momento para asumir las competencias para legislar sobre todas las materias.
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