Por Edgardo Cabrera
Lo hemos dichos y lo seguiremos mencionando, en Tlaxcala la inconformidad social está a la orden del día, cuando no son burócratas sindicalizados, están ciudadanos que salen a las calles a demandar algo tan básico como servicio de agua potable.
Mientras la Triste Historia sueña con un juguete del primer mundo, el mentado autotrén, en las comunidades se vive peor que en aldeas africanas, así el contraste y la miope visión.
Resulta que, en la protesta de la semana, un grupo de empleados del Instituto Tecnológico Superior de Tlaxco se manifestaron en el cuestionado Tribunal de Conciliación y Arbitraje, ente que está probado y comprobado, está a las órdenes de los caprichos del ejecutivo al negar tomas de notas, trampear resoluciones y desconocer el legítimo derecho de asociación, en fin.
Desde el año 2021 un grupo de empleados de la institución conformaron un nuevo sindicato con el respaldo de la CROM. Ante la “indisciplina” fueron corridos, y antes de manifestarse, acudieron a las instancias legales donde les otorgaron la razón mediante un amparo, mismo del que promovieron un recurso de revisión, el director del plantel, Blas Marvin en colusión con el TCyA, pero también recibieron un revés, porque simple y sencillamente no tienen la razón legal.
Cansados de la omisión, pero también de las amenazas de las que dijeron ser objeto, hoy les quedó el recurso de salir a protestar, porque al igual que los ex trabajadores del Cobat, estos empleados fueron timados por la Triste Historia, algo que ya no es novedad.
LARGA CUENTA
También esta semana las protestas se extendieron a los hospitales del llamado IMSS-Bienestar, donde contrario al discurso oficial, que ya llegó al grado de las calumnias y amenazas, aunado a las ya acostumbradas mentiras, desnudaron una vez más la improvisación con la que se implementó el capricho presidencial.
No es como lo pinta la mandamás que los malvados trabajadores no quieren recibir los medicamentos e insumos, se trata de malos procedimientos que ellos hacen, porque duplican instrucciones y formatos, ya se los documentaron en el hospital de Huamantla, por ejemplo, vale decir que el nuevo sistema, que ni es IMSS y menos da Bienestar, carece hasta de papelería oficial, pero lo más importante, en lugar de estar repartiendo culpas, deberían empezar por arreglar el galimatías legal.
Ni en el plano federal, menos en el estatal, se han ocupado de adecuar el marco normativo, se los advirtieron desde antes de imponer el capricho, se dedicaron a crear plazas y a redirigir el recurso estatal, pero no tomaron en cuenta que el no hacerlo de forma correcta incurren en faltas administrativas y delitos, por ello el problema, el gobierno quiere trasladar responsabilidades a empleados para que en un futuro terminen despedidos o en prisión.
Pero en lugar de ponerse a trabajar en escuchar y entender lo que ocurre, reiteramos, el encargado de la Secretaría de Gobierno prefiere andar en la politiquería grillera, la próxima semana saldrá con todo a promover su suspiración a la senaduría, mientras la gobernabilidad se le sigue desmoronando a su jefa que lo tiene bien merecido, porque una cosa es cumplir compromisos de campaña, pero la otra mantener en el puesto a personajes que han mostrado enorme ineficacia desde el día que tomaron protesta y la lista es larga, ahí esta educación, otro mal ejemplo.
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