El sábado Beatriz Paredes estuvo en Apizaco y se le vio contenta, vino en busca de apoyo para recabar 150 mil firmas, espera 20 mil de sus “paisanos”, así lo dijo, como parte del proceso del Frente Amplio por México para elegir a quien eventualmente será quien contienda por la presidencia de la República en 2024.
En primera fila, además de la dirigente estatal priísta, Anabell Avalos, a quien consintió y apapachó, estuvo el alcalde apizaquense Pablo Badillo, su presencia llamó la atención, no solo por su filia panista, sino que mostró más pantalones que los seis ediles tricolores que desairaron a la senadora.
Nos cuentan que a los timoratos alcaldes les leyeron la cartilla y les pusieron el pie en el cuello por sus malas cuentas públicas las cuales, inexplicablemente, de nuevo las conoció la mandamás antes de ser enviados los informes al Congreso por parte del Órgano de Fiscalización Superior, pero esa es otra historia, triste también.
Ninguno de los presidentes municipales priístas acudió, y no es extraño su comportamiento, recordemos que dos de los ocho que llegaron al puesto bajo las siglas de ese partido voltearon bandera, se entregaron a Morena, hablamos de Mazatecochco y Cuapiaxtla, quienes por cierto siguen igual de castigados por la Triste Historia, el resto aún esperan “favores” de la inquilina de Palacio de Gobierno.
Mientras que el apizaquense, que no tenía vela en el encuentro, acudió no solo por ser del municipio anfitrión del encuentro, sino porque parece que quiere que la Ciudad Rielera se convierta en el bastión del Frente Opositor, días antes también recibió a la senadora albiazul Xóchitl Gálvez, en ambos actos salió bien parado el alcalde.
Por cierto, que, con ambas senadoras, suman ya cuatro los aspirantes opositores que vienen a Tlaxcala en busca de respaldo, a la lista se agregan el perredista ex gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles y el diputado federal panista Santiago Creel. Del lado de las corcholatas morenistas, ya todos hicieron acto de presencia.
REFORMA
Sin previo aviso y con urgencia, la Triste Historia, vía el diputado morenista Rubén Terán, presentó una reforma constitucional para recortar requisitos para ser titular del Órgano de Fiscalización Superior, de donde llama la atención la reducción del plazo para que se separen de un cargo público quienes aspiren, pero también, abrir los perfiles profesionales del auditor, ya no sería obligatorio ser afín a una carrera económica-administrativa.
Es una reforma a modo y con dedicatoria, ante la proximidad del vencimiento del plazo de María Isabel Maldonado Textle, quien el 1 de noviembre tendrá que entregar las riendas del OFS y, por lo visto, hay grandes posibilidades de que un funcionario lorenista llegue al relevo.
No hay que perder de vista el nombre de Juan Manuel Lemus, actual titular del Icatlax quien, de entrada, su cuenta pública fue declarada sin daño patrimonial y con un promedio general de 85 puntos ubicándolo en un nivel alto de cumplimiento, contrario a su antecesor a quien lo tronaron en la primera revisión de la dependencia en la era lorenista.
Después del 31 de agosto podríamos ver su salida del Icatlax, aunque también hay que estar atentos de otros nombres, como el secretario de Finanzas, David Álvarez, incluso legisladores, a quienes les embonaría la reforma próxima a aprobarse.
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