Estatal

¿PROTOCOLO Y BLINDAJE?  

Por Edgardo Cabrera

Un mes más de indolencia y silencio del gobierno de Cuéllar. Solamente en la primera semana de septiembre sumaron ocho homicidios, entre ellos dos feminicidios y la “ejecución” de una niña de solo 10 años de edad en Huamantla.

El viernes por la tarde se confirmó el multihomicidio de una familia. Hablamos de una niña, su madre y dos varones atacados al interior de una vivienda en la comunidad de San José Xicohténcatl, se ignora el móvil, no hay nadie detenido, tampoco se sabe la razón, el súper sistema de espionaje encuentra-vacas C5i no vio nada, y el gobierno, en un nuevo intento de lavarse las manos, deslizó la teoría de que las víctimas se dedicaban a actividades ilícitas porque ubicaron en el lugar motos desvalijadas.

Un acontecimiento trágico como ese no se había registrado antes en Tlaxcala, acostúmbrese porque seguro veremos que se convierten en una constante como los embolsados, calcinados, descuartizados y los mensajes del crimen dejados en lonas y cartulinas, que según el gobierno de Cuéllar son “casos atípicos” pero ahora cotidianos, así como la cantaleta de que no hay grupos organizados delincuenciales y que las víctimas no son de aquí, sino de “haya”.

En el saldo rojo de la primera semana de septiembre se le agrega una víctima de linchamiento en Terrenate, también el viernes; y en Tlaxco, un intento de justicia propia contra un presunto ladrón que logró ser “rescatado” con vida. Lo cierto es que la gente se cansó de la ineficiente justicia y falta de castigo que no es responsabilidad de los jueces y magistrados federales a los que quiere correr la 4T, sino de los Ministerios Públicos y Fiscalía de Tlaxcala, así como de sus policías.

Para rematar, a la lista se agrega un feminicidio en Zacatelco este fin de semana, y dos cuerpos ubicados en San Pablo del Monte, uno en terrenos de labor, otro en una cisterna.

Y de todos estos casos queda claro que sus protocolos anti linchamientos son un fiasco, y la estrategia refriteada del “blindaje” fronterizo un rotundo fracaso, pero eso sí, Marrufo el Marino presume la detención de un conductor ebrio, y el gobierno, la “pasión” del fútbol con el equipo local “Coyotes”, próximo a migrar a Puebla, como parte de los bisnes.

CRISIS Y LIMPIA

Dicen que el PRI entró a terapia intensiva tras la fuga de liderazgos, en tanto que Morena empezó con la limpia de algunos de sus cuadros porque cayeron de la gracia de la gobernadora.

En el caso del tricolor, la crisis no es de la semana pasada con la renuncia de Blanca Águila, viene de más atrás, con la traición de Marco Mena que entregó a Morena, por vía de su concuña, la gubernatura; la renuncia del ex dirigente Noé Rodríguez, para integrarse al gobierno federal y ahora al estatal; la ex fracción parlamentaria en el Congreso local operando para el oficialismo, y aceptando el regreso de ex funcionarios lorenistas removidos tras la reprobación de sus cuentas e intentando imponerlos como diputados pluris, como Enrique Padilla.

Del lado de Morena las traiciones y los golpes bajos están a la orden del día por la maldita ambición de más poder. La semana pasada Carlos Augusto cayó en desgracia, lo removieron de la dirigencia estatal por orden de ya saben quién, la única que pone y quita, bueno, hasta el día de hoy, espere que se instale la nueva presidenta de la república y su dirigencia partidista para que la suerte alcance a la jefa en Tlaxcala. Poco tiempo estará el impresentable Moctezuma al frente de los guindas, porque esa posición será reclamada por la senadora Ana Lilia, quien está en el ánimo de Sheinbaum quien no olvida quiénes no la apoyaron y, peor, los que el 2 de junio votaron verde.

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