Huamantla y Zacatelco, municipios políticamente cuatroteistas, cayeron de la gracia de la mandamás, contra quienes le ayudaron a ganar su presumida “votación histórica” ahora hay una furia de actuar bajo la mesa o con el uso faccioso de la ley.
En Huamantla, y luego del aparente envenenamiento de más de 50 caninos en situación de calle, la semana pasada, fue pretexto para utilizar el brazo ejecutor de la Triste Historia para arremeter contra Salvador Santos, quien se separó del cargo desde febrero pasado, aun así, por medio de una postura de la dependencia denominada “Bienestar Animal”, arremetieron contra el edil con licencia que busca la reelección y lo culpó de lo ocurrido, dice el comunicado oficial, “por omiso”.
Antes, fue exhibido el hermano detenido por la PGJE acusado de estar implicado en el secuestro y muerte de un empresario, incluso la procuradora presumió la detención con un video mensaje y subió las fotos del acusado en su página, al tiempo que boletinaron la información.
Curioso, todo ese material fue retirado de sus medios de difusión oficiales, quizá se dieron cuenta del error al violar la presunción de inocencia, facilitando así su liberación, todo por su afán protagónico y electorero, en tanto, las víctimas del delito siguen siendo revictimizadas.
Mientras acusan tácitamente al ayuntamiento de solapar el envenenamiento de perros, y al edil de supuestamente encubrir a su hermano implicado en dos delitos graves, de aquella bodega repleta de migrantes privados de su libertad, más de 700, donde el inmueble se acusó que pertenece a un funcionario estatal y exalcalde de Cuaxomulco, la impunidad y el silencio prevalece, solo por citar un ejemplo y del diferente rasero utilizado.
CACHORRO EXHIBIDO
En el caso de Zacatelco, el alcalde cachorro es otra triste historia, porque si bien es un desastre la estrategia de seguridad del ayuntamiento y su corporación es penosa, tampoco el estado hizo su labor, por el contrario, contribuyeron a la inestabilidad social. En Calpulalpan e Ixtacuixtla donde las ejecuciones de personas están al día, incluso una al interior de un hospital, o el homicidio de un cuentahabiente, dentro de un banco, la Triste Historia no ha dicho y hecho nada.
Del linchamiento de policías estatales en Zacatelco (uno murió a causa de la golpiza) siguen sin esclarecer el caso ni detener a nadie como responsable de la agresión, tampoco se han llamado a rendir cuentas a los mandos; hay muchas cosas que merecen aclaración y castigo, empezando por esas tareas de investigación sin orden de juez para catear un inmueble, pero también, por dejar a los uniformados a su suerte tras ser capturados por la muchedumbre.
Por el contrario, lo que consternó a la población, de nuevo, fue la liberación de los dos presuntos homicidas del taxista de la tercera edad que se convirtió en víctima colateral de los errores del gobierno estatal, y de la inseguridad tolerada por el municipio, ya sea por acción u omisión.
Ahora un tercer ente gubernamental se hundió en el fango, se trata del Tribunal Superior de Justicia del Estado que, al igual que la triste historia, tratan de lavarse las manos por la liberación que ordenó un juez; dicen que los “tuvieron que soltar” porque estaban acusados de robo, “pero no por homicidio”, ¡que alivio!, tampoco pudieron aplicar el peso de la ley por ese delito.
Eso sí, en eso de los consuelos, para el 22 de abril a las 10 de la mañana se llevará la audiencia inicial por homicidio. Corren las apuestas para ver si los acusados acuden puntuales… al tiempo.
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